Hablemos de la zanahoria
Por Miriam Zito (*). Especial para la AIN
Ahora que están de moda los vegetales, resulta válido detallar las bondades de la zanahoria, fuente natural de betacaroteno o provitamina A, entre otras propiedades medicinales.
Aunque a muchos les gusta cocinada, masticarla cruda tiene determinadas ventajas y una de ellas es que funge como dentífrico natural, porque además de limpiar los dientes, desarrolla los músculos de la mandíbula y estimula el funcionamiento de las glándulas salivales que favorecen la digestión.
Su alto contenido de betacaroteno beneficia la piel, la vista y hasta el cabello.
Como todas las hortalizas, es un alimento con elevado porcentaje de agua (88%), que ayuda a regular el funcionamiento del intestino y ejerce un efecto desintoxicante sobre el organismo, además de resultar muy digestiva.
Con un aporte energético bajo y escaso contenido de proteínas y grasas, la zanahoria es rica en fibras y minerales, potasio, magnesio, calcio, fósforo y yodo.
Por su riqueza en hierro y vitaminas, tiene propiedades antianémicas y resulta un remedio eficaz contra cualquier estado de agotamiento físico.
Su jugo también es aconsejable contra las jaquecas. Cien gramos de zanahoria equivalen al 10 por ciento de vitamina A, al 13 por ciento de la C, al cinco de la E, y el 10 por ciento del ácido fólico que cualquier persona necesita al día.
La zanahoria puede rallarse o cortarse a la Juliana y añadirse a sopas, carnes o ensaladas, platos que enriquecerá con su vivo color y hará mucho más sabrosos y digestivos. (*) La autora es colaboradora de la AIN
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